Una realidad que nunca se encontró, las originarias sospechas platicaron de un homicidio, la “veraz” policía y su insignificante justicia jamás dieron a conocer la hondura de las investigaciones. La causa quedaría en punto extinto. El jueves 26 de marzo de 2015, los habitantes de Francisco Pizarro y Colón se perturbaron. En esta avenida, jamás se había registrado este tipo de sucesos con tales características. El reloj de la Carnicería “El Puente”, pertenencia de la víctima, marcaba la 1.27. Un gran camión frenó a 500 metros de una mesilla que estaba compartida por Lucas Andrade y Alejandro Quezada. El vehículo quedó en ida y se salieron dos individuos que sin importancia alguna y con un revólver calibre 36 y una pistola 8 milímetros encamisada dispararon. Lucas había muerto, recibió dos balas en su cuerpo que fueron letales, la primera ingresó en la zona craneal y la segunda fue a quemarropa y explotó debajo de la axila perforando la vena aorta. Por su parte, Alejandr...
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